Solomon
Asch 1951
Los
estudios sobre la formación de impresiones de Solomon Asch
Otra
aplicación de los principios gestálticos de la percepción al campo de la psicología
social la tenemos en los trabajos de Asch sobre formación de impresiones (1946,
1952). Desde una perspectiva gestaltista, Asch rechaza la idea de que las
impresiones que nos formamos de las personas sean la suma de todas las características
que percibimos en ellas y afirma que las cualidades personales constituyen un
todo organizado, en el que cada parte esta interrelacionada con todas las demás.
Los intentos de extrapolar las leyes gestálticas
de la percepción al ámbito de la percepción de personas fueron la base de
diferentes trabajos experimentales sobre la formación de impresiones. En uno de
los experimentos de Asch, se leía a dos grupos de sujetos la descripción de una
persona mediante la relación de una serie de características. La relación de características
era idéntica para ambos grupos, con la excepción de un término. Al grupo A se
le decía que la persona era inteligente, hábil, diligente, cálida, resuelta, práctica y cauta. Al grupo B se leía una relación
con las características Inteligente, hábil, diligente, fría, resuelta, práctica y cauta. Tras escuchar las descripciones
de la persona, los participantes en el experimento tenían que escribir su impresión
sobre la misma y seleccionar, de una lista de pares mado. Los miembros del
grupo A, a los que se les había dicho que la persona era cálida, tenían una
imagen mucho más positiva que los del otro grupo, en donde este adjetivo había
sido sustituido por el de fría. Tal y
como las resumen Deutsh y Krauss (1985, p. 34), las conclusiones del experimentos
de Asch son las siguientes: “1) tendemos a formarnos una impresión de una
persona aun cuando la evidencia que tengamos sea escasa, 2) las características
de una persona se perciben de forma interrelacionada, 3) las impresiones están
estructuradas, 4) cada rasgo posee la propiedad de una parte de un todo, ejerce
influencia sobre la organización total y es influido por ella, 5) las
impresiones existentes determinan el contexto en el que se forma otras
impresiones, 6) las incongruencias manifiestas conducen a la búsqueda de una noción
más profunda que resuelva la contradicción”.
En
definitiva, los trabajos de Asch sobre información de impresiones son una extensión,
al ámbito de la percepción de personas, de algunas de las leyes gestálticas sobre
la percepción del mundo físico. Tanto sus aportaciones como las de Heider
constituyen un análisis psicológico de la percepción social, en el que no se
tienen suficientemente en cuenta los factores sociales que influyen en esta. Lo
social viene dado por el contenido de la percepción, es decir, por la
naturaleza social del estímulo que se percibe.
Solomon. E. Asch (1907 – 1996)
Nacido en Varsovia,
en 1907, Solomon Asch llego a Nueva York a los 13 años. En esta ciudad curso
sus estudios, primero en college of the
city of New York y, posteriormente en Columbia en donde obtuvo su doctorado
en 1932. Su carrera como docente se inició en brooklyn college, en donde conoció al psicólogo de la Gestalt, Max
Wertheimer quien al igual que los otros miembros del grupo de berlina,
fundadores de la escuela de la Gestalt (kohler y Koffka), había tenido que
emigrar a Estados Unidos tras la llegada de Hitler al poder. Wetheirmer sería
una influencia fundamental para el desarrollo intelectual de Asch, a quien introduciría
a las ideas Gestálticas que este aplicaría mas tarde en sus investigaciones
sobre percepción social.
Al igual que
otros psicólogos influenciados por la psicología de la Gestalt, como Heider,
Asch pretendió analizar la forma en que las personas dan sentido a la información
que recibe del exterior. Según las ideas de la Gestalt, cuando percibimos la
realidad nonos fijamos en los elementos aislados sino en las relaciones que se
establecen entre ello; no percibimos entidades dispersas, sino totalidades,
conjuntos, ordenados. Basándose en este postulado Asch realizó una serie de
investigaciones sobre la información de impresiones de las que extrajo la conclusión
de que los principios de la percepción enunciados por la escuela de la Gestalt podían
aplicarse con igual éxito para explicar la forma en que percibimos características
de la personalidad. Asch desarrollo también una importante línea de investigación
sobre influencia social, cuyo objetivo fue analizar los efectos de la presión
grupal en la expresión de opiniones. En sus estudios sobre influencia
mayoritaria y conformidad realizo experimentos con grupos en la que la mayoría
de sus miembros excepto el sujeto sobre el que se estaba experimentando daba
intencionalmente juicio erróneo sobre la longitud de una líneas que se les
presentaban. En un porcentaje elevado de ocasiones la persona daba la misma
respuesta que los otros miembros del grupo a pesar de saber que estaba dando
una respuesta errónea.
Sus
contribuciones más relevantes a la psicología social están reunidas en su libro
Social Psycology de 1952.
La influencia
social psicología social de las normas e influencia mayoritaria
Con el término
influencia social se designa a un amplio campo de investigación que incluye el
estudio de la forma en que se construyen las normas sociales, la conformidad
social, la persuasión y el cambio de actitudes, los efectos del poder y la sumisión,
la obediencia a la autoridad y la influencia social de las minorías. Todos
estos trabajos han estado encaminados a observar como las creencias, valores,
opiniones y actitudes personales varían bajo la influencia de otras personas.
El estudio de la
influencia social adquirió un impulso definitivo con la aparición de los
trabajos de otro psicólogo social de orientación Gestáltica al que acabamos de
referirnos, Solomon Asch sus resultados (1951, 1952) sobre la influencia de
grupo en la manifestación y modificación de juicios pueden considerarse dentro
de los más importantes dentro de este campo su objetivo era elaborar una teoría
de influencia social que diera cuenta de las fuerzas psicosociales que operan
para que las personas actúen de forma contraria a sus creencias y valores. En
el experimento inicial de Asch se reunía en un aula a un grupo de entre 7 y 9
personas de las cuales todas eran cómplices del experimentador excepto una, que era el verdadero sujeto
experimental, o sujeto crítico.
El experimento
comenzaba con la presentación, en una pizarra, de dos tarjetas: en la primera había
3 líneas verticales y en la segunda, una cuarta línea, también vertical.
Las tareas de
los participantes era de decidir cuál de las 3 líneas de la primera tarjeta tenía
la misma longitud que la línea que se le mostraba en la segunda tarjeta.
Escoger las dos líneas de igual longitud era algo muy sencillo, porque de las 3
líneas presentadas en la primera tarjeta de cada par dos eran claramente
diferentes en longitud – o bien más cortas - o bien más largas – que la línea estándar
mostrada en la segunda tarjeta. Los sujetos debían comunicar su decisión en voz
alta y en presencia de todo el grupo. Una vez que daban su respuesta, las dos
tarjetas eran remplazadas por un nuevo par de tarjetas de contenido similar, en
total había 12 pares de tarjeta sobre la que los sujetos debían omitir juicios
para los dos primeros pares, los cómplices del experimentador emitían juicios
correctos; para el resto de los pares, emitieron, de forma unánime, un juicio erróneo
en 7 ocasiones. Dejando al margen a los cómplices del experimentador, en este
experimento participaron 60 personas, de las cuales 35 fueron sujetos críticos
que realizaron la tarea en la condición experimental y 25 fueron incluidos en
un grupo control, y emitieron sus opiniones de forma privada y por escrito. El
porcentaje de errores fue muy pequeño situándose aproximadamente en el 7%. En
la condición experimental, sin embargo, el porcentaje de errores fue mucho más
alto: un 33% de los sujetos críticos se adhirieron a las opiniones erróneas
manifestadas por la mayoría del grupo. Obviamente, los errores no se
distribuyen de igual manera entre todos los sujetos críticos, algunos se
mantuvieron totalmente independientes en sus respuestas y otros conocieron
siempre en los errores de la mayoría. Asch también analizo la forma en que los
errores de los sujetos críticos variaban como consecuencia de la introducción
de algunos cambios en la situación experimental inicial. Así, por ejemplo, en
uno de los experimentos, uno de los cómplices del experimentador daba siempre
respuestas correctas, frente al resto de miembros de la mayoría. En esta nueva condición
experimental los juicios erróneos de los sujetos críticos se redujeron de forma
significativa.
Las conclusiones
que Asch extrajo de estos experimentos lo llevaron a proponer una reformulación
de procesos como la imitación y la sugestión. Para Asch, el hecho de que la
persona sometida a la condición experimental termine sosteniendo la opinión de
la mayoría no puede ser explicado mediante un mecanismo imitativo. La explicación
de Asch es que los sujetos experimentan un conflicto entre la información
procedente de dos fuentes que para ellos son igualmente fiables: sus propios
sentidos y los juicios de los demás. La tendencia a lograr el acuerdo con el
grupo no se debe, por tanto, a una tendencia imitativa si no a una necesidad
objetiva de resolver la contradicción en la que se encontraban una gran parte
de los sujetos críticos se sometieron a los juicios de la mayoría reestructurando
cognitivamente la situación. De esta forma, dichos sujetos creían que ellos
estaban equivocados en sus percepciones y que la mayoría emitían juicios
correctos. Asch también reconoció que algunos de los sujetos críticos se
sometieron a la mayoría por no parecer diferentes y ser excluidos del grupo.
Finalmente la reacción más inusual fue que el sujeto critico respondiera que,
en realidad, veía la longitud de las líneas de la misma manera que el resto de
los miembros del grupo. La forma en que Asch interpreto sus resultados dio
origen a estudios posteriores donde se analizaron dos tipo de procesos mediante
los cuales se produce la convergencia con la mayoría: la influencia normativa y
la influencia informativa.
Los experimentos
de Asch sirvieron como estímulo a una importante línea de investigación en psicología
social, encaminada a analizar más profundamente las condiciones en las que se
produce este fenómeno de convergencia entre nuestros juicios y los del grupo.
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