Experimentos

Experimentos
Solomon Asch y Milgram

domingo, 10 de noviembre de 2013

Solomon Asch 1951
Los estudios sobre la formación de impresiones de Solomon Asch
Otra aplicación de los principios gestálticos de la percepción al campo de la psicología social la tenemos en los trabajos de Asch sobre formación de impresiones (1946, 1952). Desde una perspectiva gestaltista, Asch rechaza la idea de que las impresiones que nos formamos de las personas sean la suma de todas las características que percibimos en ellas y afirma que las cualidades personales constituyen un todo organizado, en el que cada parte esta interrelacionada con todas las demás. Los intentos de extrapolar las leyes gestálticas de la percepción al ámbito de la percepción de personas fueron la base de diferentes trabajos experimentales sobre la formación de impresiones. En uno de los experimentos de Asch, se leía a dos grupos de sujetos la descripción de una persona mediante la relación de una serie de características. La relación de características era idéntica para ambos grupos, con la excepción de un término. Al grupo A se le decía que la persona era inteligente, hábil, diligente, cálida, resuelta, práctica y cauta. Al grupo B se leía una relación con las características Inteligente, hábil, diligente, fría, resuelta, práctica y cauta. Tras escuchar las descripciones de la persona, los participantes en el experimento tenían que escribir su impresión sobre la misma y seleccionar, de una lista de pares mado. Los miembros del grupo A, a los que se les había dicho que la persona era cálida, tenían una imagen mucho más positiva que los del otro grupo, en donde este adjetivo había sido sustituido por el de fría. Tal y como las resumen Deutsh y Krauss (1985, p. 34), las conclusiones del experimentos de Asch son las siguientes: “1) tendemos a formarnos una impresión de una persona aun cuando la evidencia que tengamos sea escasa, 2) las características de una persona se perciben de forma interrelacionada, 3) las impresiones están estructuradas, 4) cada rasgo posee la propiedad de una parte de un todo, ejerce influencia sobre la organización total y es influido por ella, 5) las impresiones existentes determinan el contexto en el que se forma otras impresiones, 6) las incongruencias manifiestas conducen a la búsqueda de una noción más profunda que resuelva la contradicción”.
En definitiva, los trabajos de Asch sobre información de impresiones son una extensión, al ámbito de la percepción de personas, de algunas de las leyes gestálticas sobre la percepción del mundo físico. Tanto sus aportaciones como las de Heider constituyen un análisis psicológico de la percepción social, en el que no se tienen suficientemente en cuenta los factores sociales que influyen en esta. Lo social viene dado por el contenido de la percepción, es decir, por la naturaleza social del estímulo que se percibe.

Solomon. E. Asch (1907 – 1996)
Nacido en Varsovia, en 1907, Solomon Asch llego a Nueva York a los 13 años. En esta ciudad curso sus estudios, primero en college of the city of New York y, posteriormente en Columbia en donde obtuvo su doctorado en 1932. Su carrera como docente se inició en brooklyn college, en donde conoció al psicólogo de la Gestalt, Max Wertheimer quien al igual que los otros miembros del grupo de berlina, fundadores de la escuela de la Gestalt (kohler y Koffka), había tenido que emigrar a Estados Unidos tras la llegada de Hitler al poder. Wetheirmer sería una influencia fundamental para el desarrollo intelectual de Asch, a quien introduciría a las ideas Gestálticas que este aplicaría mas tarde en sus investigaciones sobre percepción social.
Al igual que otros psicólogos influenciados por la psicología de la Gestalt, como Heider, Asch pretendió analizar la forma en que las personas dan sentido a la información que recibe del exterior. Según las ideas de la Gestalt, cuando percibimos la realidad nonos fijamos en los elementos aislados sino en las relaciones que se establecen entre ello; no percibimos entidades dispersas, sino totalidades, conjuntos, ordenados. Basándose en este postulado Asch realizó una serie de investigaciones sobre la información de impresiones de las que extrajo la conclusión de que los principios de la percepción enunciados por la escuela de la Gestalt podían aplicarse con igual éxito para explicar la forma en que percibimos características de la personalidad. Asch desarrollo también una importante línea de investigación sobre influencia social, cuyo objetivo fue analizar los efectos de la presión grupal en la expresión de opiniones. En sus estudios sobre influencia mayoritaria y conformidad realizo experimentos con grupos en la que la mayoría de sus miembros excepto el sujeto sobre el que se estaba experimentando daba intencionalmente juicio erróneo sobre la longitud de una líneas que se les presentaban. En un porcentaje elevado de ocasiones la persona daba la misma respuesta que los otros miembros del grupo a pesar de saber que estaba dando una respuesta errónea.
Sus contribuciones más relevantes a la psicología social están reunidas en su libro Social Psycology de 1952.

La influencia social psicología social de las normas e influencia mayoritaria

Con el término influencia social se designa a un amplio campo de investigación que incluye el estudio de la forma en que se construyen las normas sociales, la conformidad social, la persuasión y el cambio de actitudes, los efectos del poder y la sumisión, la obediencia a la autoridad y la influencia social de las minorías. Todos estos trabajos han estado encaminados a observar como las creencias, valores, opiniones y actitudes personales varían bajo la influencia de otras personas.
El estudio de la influencia social adquirió un impulso definitivo con la aparición de los trabajos de otro psicólogo social de orientación Gestáltica al que acabamos de referirnos, Solomon Asch sus resultados (1951, 1952) sobre la influencia de grupo en la manifestación y modificación de juicios pueden considerarse dentro de los más importantes dentro de este campo su objetivo era elaborar una teoría de influencia social que diera cuenta de las fuerzas psicosociales que operan para que las personas actúen de forma contraria a sus creencias y valores. En el experimento inicial de Asch se reunía en un aula a un grupo de entre 7 y 9 personas de las cuales todas eran cómplices del experimentador excepto  una, que era el verdadero sujeto experimental, o sujeto crítico.
El experimento comenzaba con la presentación, en una pizarra, de dos tarjetas: en la primera había 3 líneas verticales y en la segunda, una cuarta línea, también vertical.
Las tareas de los participantes era de decidir cuál de las 3 líneas de la primera tarjeta tenía la misma longitud que la línea que se le mostraba en la segunda tarjeta. Escoger las dos líneas de igual longitud era algo muy sencillo, porque de las 3 líneas presentadas en la primera tarjeta de cada par dos eran claramente diferentes en longitud – o bien más cortas - o bien más largas – que la línea estándar mostrada en la segunda tarjeta. Los sujetos debían comunicar su decisión en voz alta y en presencia de todo el grupo. Una vez que daban su respuesta, las dos tarjetas eran remplazadas por un nuevo par de tarjetas de contenido similar, en total había 12 pares de tarjeta sobre la que los sujetos debían omitir juicios para los dos primeros pares, los cómplices del experimentador emitían juicios correctos; para el resto de los pares, emitieron, de forma unánime, un juicio erróneo en 7 ocasiones. Dejando al margen a los cómplices del experimentador, en este experimento participaron 60 personas, de las cuales 35 fueron sujetos críticos que realizaron la tarea en la condición experimental y 25 fueron incluidos en un grupo control, y emitieron sus opiniones de forma privada y por escrito. El porcentaje de errores fue muy pequeño situándose aproximadamente en el 7%. En la condición experimental, sin embargo, el porcentaje de errores fue mucho más alto: un 33% de los sujetos críticos se adhirieron a las opiniones erróneas manifestadas por la mayoría del grupo. Obviamente, los errores no se distribuyen de igual manera entre todos los sujetos críticos, algunos se mantuvieron totalmente independientes en sus respuestas y otros conocieron siempre en los errores de la mayoría. Asch también analizo la forma en que los errores de los sujetos críticos variaban como consecuencia de la introducción de algunos cambios en la situación experimental inicial. Así, por ejemplo, en uno de los experimentos, uno de los cómplices del experimentador daba siempre respuestas correctas, frente al resto de miembros de la mayoría. En esta nueva condición experimental los juicios erróneos de los sujetos críticos se redujeron de forma significativa.
Las conclusiones que Asch extrajo de estos experimentos lo llevaron a proponer una reformulación de procesos como la imitación y la sugestión. Para Asch, el hecho de que la persona sometida a la condición experimental termine sosteniendo la opinión de la mayoría no puede ser explicado mediante un mecanismo imitativo. La explicación de Asch es que los sujetos experimentan un conflicto entre la información procedente de dos fuentes que para ellos son igualmente fiables: sus propios sentidos y los juicios de los demás. La tendencia a lograr el acuerdo con el grupo no se debe, por tanto, a una tendencia imitativa si no a una necesidad objetiva de resolver la contradicción en la que se encontraban una gran parte de los sujetos críticos se sometieron a los juicios de la mayoría reestructurando cognitivamente la situación. De esta forma, dichos sujetos creían que ellos estaban equivocados en sus percepciones y que la mayoría emitían juicios correctos. Asch también reconoció que algunos de los sujetos críticos se sometieron a la mayoría por no parecer diferentes y ser excluidos del grupo. Finalmente la reacción más inusual fue que el sujeto critico respondiera que, en realidad, veía la longitud de las líneas de la misma manera que el resto de los miembros del grupo. La forma en que Asch interpreto sus resultados dio origen a estudios posteriores donde se analizaron dos tipo de procesos mediante los cuales se produce la convergencia con la mayoría: la influencia normativa y la influencia informativa.

Los experimentos de Asch sirvieron como estímulo a una importante línea de investigación en psicología social, encaminada a analizar más profundamente las condiciones en las que se produce este fenómeno de convergencia entre nuestros juicios y los del grupo. 






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