FREEDMAN Y FRASER 1966.
COMPLACENCIA
La literatura de
la influencia social a veces utiliza como sinónimos los términos complacencia y
conformidad. Esto puede suceder cuando la “conformidad” se define en forma
general para incluir un cambio de conducta y de creencias como consecuencia de
la presión de grupo. Complacencia se refiere a una respuesta conductual a una petición de otro individuo.
Nos enfrentamos todos los días a demandas y peticiones. A menudo se
expresan de manera simple y clara, como cuando un amigo nos invita a cenar y no
se requiere nada más. Otras veces, las peticiones tienen una agenda: “por
ejemplo, un conocido lo invita a cenar para que usted esté en un estado de ánimo
apropiado para pedirle que financie un nuevo proyecto de negocios. El resultado
suele ser el mismo: aceptamos.
¿Cuáles son los
factores y las situaciones que nos tornan más complacientes, y por qué somos más
influenciados en algunas ocasiones que en otras? Por lo general, la gente
influye en nosotros cuando aplican tácticas eficaces o tienen atributos
poderosos.
Compromiso y complacencia
La teoría de la
disonancia establece si logramos que voluntaria y públicamente alguien se
comprometa hacer algo, con el tiempo pensara y se comportara en forma
congruente con el compromiso asumido.
En este caso se
aplica dos métodos interactivos básicos de complacencia que se basan en el
compromiso: el de “Pie en la puerta” y el de “bola baja”. Freedman y Fraser
(1966) inventaron la técnica del Pie en la Puerta. En uno de sus dos
experimentos, hicieron que un experimentador o una experimentadora visitaran a
los sujetos en su casa y les pidiera colocar un pequeño letrero o señalar una petición
que apoyaba a una campaña de manejo seguro o de limpieza de la ciudad (KEEP
California Beautiful). Al cabo de dos semanas, el otro experimentador visitó
las mismas casas como representante de la asociación Ciudadanos en favor de un
manejo seguro y les pidió a lo sujetos que le permitieran colocar en el patio
un letrero grande y llamativo que decía “Conduzca
con prudencia”. Le mostró la fotografía de un letrero con caracteres que
oscurecían el frente de una casa. Los sujetos del grupo de control eran
aquellos a quienes se les preguntaban primero sobre el letrero grande pero que
no habían recibido la petición relativa al letreo pequeño. En la figura anexa
se incluye el porcentaje de los que aceptaron que colocaran el letrero gran en
su propiedad.
Los
resultados anteriores indican que cuando primero se pide a alguien un pequeño
favor y la persona accede, habrá mayores probabilidades de que asienta después
a una petición más importante y costosa, sobre todo si la tarea y el asunto se
parecen (76% de aceptación). El efecto ocurría aun cuando otro hacia una
segunda petición semanas más tarde. Freedman y Fraser pensaban que los sujetos
que accedían a una solicitud llegaban a juzgarse desde una perspectiva distinta
y que esta auto-evaluación los impulsaba a acceder de nuevo.
Desde 1966 se han
dedicado más de 100 estudios al fenómeno del pie en la puerta; aunque se trata
de una técnica eficaz, siempre da resultado.
Deutsch y Gerard 1955.
Deutsch y Gerard (1955) sostenían que el efecto descrito por Asch podía ser explicado
como un proceso cognitivo o como un proceso emocional. en la primera situación estaríamos
ante el deseo de formular juicios acertados sobre la realidad; en este
supuesto, los sujetos críticos confían en los juicios de la mayoría como una
fuente de evidencia objetiva acerca la realidad, en este caso sobre la longitud
real de las líneas comparadas – influencia informativa - . En la segunda situación,
los sujetos críticos se conforman al juicio de la mayoría para obtener la aprobación
del grupo y reducir el miedo a la desaprobación social – influencia normativa-.
Deutsch y Gerard pensaban que la conformidad con los juicios de grupo se reduciría
si el estímulo presentado a los sujetos no era ambiguo, el sujeto mantenía su
anonimato y respondía de forma privada. Los resultado experimentales de estos
dos psicólogos sociales confirmaban que cuando, al replicar el experimento de
Asch, los sujetos daban sus respuestas sin que el grupo pudiera conocerlas ni ejercer
influencia directa alguna, la conformidad con los juiciosde
la mayoría disminuía, aunque continuaba existiendo un
porcentaje de un 23 % de sujetos que emitían sus juicios en la misma dirección
que el resto de miembros del grupo. Deutsch y Gerard explican estos resultados
como un efecto de la influencia informativa.
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